La terciarización es una trasformación económica y social que consiste en que la población ocupada en el sector terciario (servicios) pasa a ser más numerosa que la del sector secundario (industria) o primario (agricultura); y que la forma de trabajo propia de este sector se difunde por todos los demás, terciarizándolos (turismo rural, etc.).
También se produce un cambio en el tipo de trabajador industrial y la formación que se le requiere, que ya no está vinculada a una formación profesional rígida y concluida en juventud que determina su función laboral hasta su jubilación, sino flexible para permitir el cambio de puesto de trabajo, de sector profesional y de nivel, no únicamente en el sentido de la promoción laboral, sino llegado el caso, en el de la subcontratación, en perspectiva individual, lo que es denunciado como una erosión de los derechos laborales colectivos conquistados por el movimiento obrero tradicional.
Donde más ha afectado esta terciarización es en el espacio rural, que ha dejado de ser tan exclusivamente agrario como había sido tradicional, para alojar todo tipo de actividades económicas, sean vinculadas a su medio como el turismo rural, o completamente deslocalizadas.
Valgan como ejemplos los siguientes: Donde antes había un pujante sector pesquero, ahora hay un Museo de la Pesca Tradicional; donde antes había una industria de la sal, ahora hay un Museo de la Sal; incluso el sector de las queserías tiene su propio Museo del Queso.
Valgan como ejemplos los siguientes: Donde antes había un pujante sector pesquero, ahora hay un Museo de la Pesca Tradicional; donde antes había una industria de la sal, ahora hay un Museo de la Sal; incluso el sector de las queserías tiene su propio Museo del Queso.
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El monocultivo del turismo es una verdadero drama para Fuerteventura, incluso en el terreno psicológico, estamos educando a una sociedad sumisa ante el turista, servicial, y que por tanto tiene atrofiados los mecanismos de autodefensa ante tanta injusticia
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