Son muchos los pacientes del Hospital General de Fuerteventura los que nos preguntan cómo es posible que una empresa constructora tenga permiso para estar frente a un hospital. La respuesta parece más fácil de lo que aparenta.
Fabulosas vistas del Régimen construgobernante |
Uno de los poderes fácticos de más presencia en toda la isla, es el grupo de empresas CORORASA, al que están sometidos los responsables institucionales –todos–, y gran parte de los técnicos de la administración local. La diversidad de negocios y la cantidad de hermanos, les permite estar en todos los «saraos» inmobiliarios, turísticos y construcción de la isla.
Dicha empresa somete a una constante contaminación acústica al Hospital General de Fuerteventura. Sí, ese que lleva durante más de 10 años en obras y que Barragán prometió que estaría terminado el 31 de diciembre del año pasado (¿cuándo dimitirá?). No sólo eso, la imagen de estar permanentemente en obras, no parece ser el ambiente más idóneo. Uno de los pacientes nos relata:
«Recuerdo una vez una enorme humacera gris, supongo que era cemento, viniendo hacia el hospital. Primero pregunté si era una obra, luego me dijeron que no, que era la sede de una conocida constructora. ¿Cómo puede ser eso posible?»
A ello hay que sumar aquella edificación-muralla junto y sobre el barranco con apropiación y ocupación de cauce público, salida de todo el tráfico de la fábrica de hormigón y derivados a través de un paseo peatonal.
Señores del Cabildo Insular, Ayuntamiento de Puerto del Rosario, técnicos del Consejo Insular de Aguas, agentes del SEPRONA: ¿No creen que se les nota mucho la dependencia?
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MÁS INFORMACIÓN: http://fuerteventuralimpia.blogspot.com
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