En esta fotografía se le puede ver la oreja al lobo (Mario Cabrera), y no sólo al lobo, a toda la jauría. Los que alzan la voz en defensa de la Muda, pero miran para otro lado cuando se trata de Tindaya. Los que agachan la cabeza en Pájara, ahora van de antimilitaristas.
Han pasado 28 años desde las últimas concentraciones en contra de las instalaciones militares en la Muda, aquéllas en las que Mario Cabrera se llevó un porrazo de la policía. En todo este tiempo no se ha hecho nada para proteger y recuperar la vegetación y yacimientos de la montaña. Sobre pastoreo, ganado incontrolado, instalaciones militares. Escombros y basura, eso es lo que puedes encontrar en la cima de la montaña.
La última vez que subí a la montaña no quedaba ni un jorjao (Nauplius sericeus).
Parece que con este abandono premeditado de la montaña (igual que hacen con Tindaya), se le ha dado camino libre para que el Ministerio de Defensa construya las instalaciones. Es un auténtico tesoro lo que tenemos en la Muda. A ver si lo cuidamos. Ni sangrientos militares ni políticos corruptos.
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