Las imágenes que pueden ver se corresponden con el bar anexo al complejo de apartamentos situado en la Urbanización Corralejo Playa y que pertenecen, ambos, al presidente de la asociación de empresarios de hostelería y el turismo de Fuerteventura (AEHTF) en la isla, Antonio Vicente Hormiga.
Mesas, sillas y barbacoa sin autorización de la Jefatura de Costas. 6 años de impunidad.
Se pueden comprobar una serie de irregularidades urbanísticas, que incumplen con las normas de aplicación en esa urbanización e invaden el dominio público marítimo-terrestre. Las irregularidades que más saltan a la vista son las que corresponden al restaurante que ha construido, sin respetar los retranqueos exigidos, y lo que es peor, sin la licencia correspondiente, según nos hemos enterado en el propio Ayuntamiento de La Oliva. Además, ha instalado en las afueras del complejo, en plena avenida marítima, una gran cantidad de mesas y sillas para los servicios del restaurante, sin que cuenten con autorización de la Jefatura de Costas y mucho menos del Ayuntamiento.
Todo ello lo denunciamos hace 6 años, lo que le supuso una sanción en su momento. No obstante, a día de hoy las irregularidades e impunidad continúan, hasta el punto de que se ha ampliado el espacio de mesas y sillas y se ha aprovechado un camino hasta la rotonda para instalar una barbacoa.
El doble rasero en las denuncias del Ayuntamiento y la Jefatura de Costas.
Cuesta creer que desde el Ayuntamiento de La Oliva no tengan constancia de los hechos, cuando es común ver al concejal de Obras Públicas por aquella zona con frecuencia. Lo más alarmante, en la espiral del todo vale que vive el Ayuntamiento de La Oliva, es que a cualquiera que monta su caseta de campaña en una playa o cuando pretende mantener la propiedad heredada de sus abuelos en Majanicho, el Jablito, Tefia, Jacomar y tantos otros lugares de la isla, inmediatamente aparecen por allí, el Seprona, los vigilantes de Medio Ambiente y en muchos casos hasta la Policía Local.
Cuesta creer que desde el Ayuntamiento de La Oliva no tengan constancia de los hechos, cuando es común ver al concejal de Obras Públicas por aquella zona con frecuencia. Lo más alarmante, en la espiral del todo vale que vive el Ayuntamiento de La Oliva, es que a cualquiera que monta su caseta de campaña en una playa o cuando pretende mantener la propiedad heredada de sus abuelos en Majanicho, el Jablito, Tefia, Jacomar y tantos otros lugares de la isla, inmediatamente aparecen por allí, el Seprona, los vigilantes de Medio Ambiente y en muchos casos hasta la Policía Local.
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