Opinión: Los límites del ecologismo

Fuerteventura Limpia : jueves, 8 de abril de 2010 5 opiniones
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Félix Rodrigo Mora

Si admitimos que el ecologismo comienza a manifestarse, como sistema de ideas y corriente social, en 1962, a partir del libro “Primavera silenciosa” de Rachel Carson, nos encontramos ante un movimiento que, lejos de ser “nuevo” y “joven” tiene ya medio siglo de existencia, tiempo suficiente para hacer un balance de sus logros, en un sentido y otro, y, desde ellos, de su línea, contenidos y significación objetiva. Dicha investigación ha de ser, cómo no, cordial y amigable, pues se trata de buscar la verdad en los hechos de forma colectiva, pero sin renunciar a la propia libertad de expresión, que incluye elementos críticos de notable significación.

Sus aspectos positivos son indudables. Gracias al ecologismo un gran número de personas ha ido tomando conciencia progresiva de la degradación del medio natural, así como de los numerosos problemas implicados en ello, lo que ha permitido librar luchas de variada naturaleza contra expresiones concretas del ecocidio, algunas de las cuales han proporcionado algunos resultados tangibles, si bien modestos y escasos. Al mismo tiempo se ha generado una notable cantidad de publicaciones que, con mayor o menor objetividad y pureza de intenciones, se ocupan de estas materias, de donde resultan debates sociales que mantienen la atención en el presente y futuro del medio ambiente en su interacción con los seres humanos. También, ha producido un pequeño número de obras de calidad (al mismo tiempo que montañas de subliteratura), o influidas por él, entre las que destaca por su excelente factura, si se ha de citar una, “Nuestro futuro robado”, de T. Colborn, J.P. Myers y D. Dumanoski.

Hoy el ecologismo no es lo que fue hace unos decenios. En puridad, ya no es un movimiento estructurado en la base de la sociedad política-civil, sino una parte del aparato institucional, como otros varios, en la forma de colectivos con el estatuto de ONG; asociaciones ambientalistas financiadas por municipios o comunidades autónomas, cuando no por Bruselas; partidos políticos “verdes” de corte posibilista y socialdemócrata, grupos de ecofuncionarios tan alejados de la gente como celosos de sus privilegios y equipos de expertos académicos ocupados en hacer prevalecer los intereses estratégicos del Estado (y, por tanto, del capital) en las cuestiones medioambientalmente más candentes. Una vez que ha sido producida una muy profusa legislación “protectora” (que ha resultado mucho más de los partidos de derecha e izquierda que de los “verdes”), la actividad central del ecologismo se sitúa en la denuncia de las infracciones a la legalidad, con relegación de las tareas de calle. Se ha convertido, pues, en una forma de legicentrismo, por tanto es una expresión más de estatofilia, la grave enfermedad ideológica común a casi toda la cada día más débil “radicalidad” hodierna.

5 comentarios ¡Publica el tuyo! : for Opinión: Los límites del ecologismo

  1. tantos años de urbanismo salvaje e ilegal en las costas españolas,
    se deberia a los equipos de ayuntamientos que han calificado y dado licencias para este urbanismo salvaje de prevaricación y enriquecimiento itlicito,alicarles el articulo 14 de la constitución y no seguir permaneciendo al margen de la ley.

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  2. En fuerteventura los mayores destructores de las costas majoreras fueron el marqués y los asamblearios.Ahí siguen y cada uno con más cara que nunca pretenden seguir a sus anchas.

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  3. el ecologismo institucional en fuerteventura ha perdido todo el potencial antisistema que lo hacía atractivo hace una década. creo que las bases deberían reflexionar sobre esto, es cierto que existen personas adscritas al partido que son muy válidas, pero la lucha ya no es la que era en intensidad ni calidad, una buena reflexión

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  4. pronto comenzarán los profesionales de la politica insular a convocar conferencias, charlas, mesas redondas, sobre el tema, cuando se han pasado toda la legislatura olividandose de la destrucción del territorio o en el peor de los casos votando a favor de proyectos que en nada benefician al desarrollo sostenible.Oportuna opinión.

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  5. Un ejemplo claro de Ecologismo Institucional lo tenemos en Fuerteventura. El ecologista Lazaro y el ecologista Toni Gallardo. Amparado por el ecologista Mario. SUs grandes proyectos Parque Nacional, Reserva de La Biosfera, Reserva Starligh, Monumento de Tindalla. Todo conducido al Status QUo a mantener lo que ya está y convertir el turismo de baja calidad de solo visita en el ünico sector economico de la isla. La disculpa , el medioambiente. Las victimas; los majoreros que pierden todo su patrimonio por imposibilidad de uso y a los qu solo les dejan ser camareros.

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